lunes, 12 de diciembre de 2011

Visita a una fazenda brasileira.

En esta ocasión os voy a contar la visita una "fazenda" brasileña en el interior del estado de Santa Catarina, muy cerca del límite con el estado de Paraná.


Bueno, la verdad es que no se si cerca o también ocupa terreno en el estado de Paraná.

Esta pequeña finca (que no es de lo más grande de la zona, a parte de la coña) tiene unos treinta y cinco millones de metros cuadrados.

Para hacernos una idea, la finca tiene forma más o menos circular. Tiene un entramado de caminos por todo el territorio, pero hay uno que prácticamente circunda la finca. El recorrido hecho por el camino es de unos cuarenta y cinco kilómetros.


Con esto os podeis hacer una idea de las dimensiones.

El nombre de la finca no lo voy a dar por preservar la identidad y privacidad tanto de la finca como de los dueños.

En otras circunstancias uno pregunta: ¿bueno, a qué se dedican en esta explotación? Y el interlocutor te diría por ejemplo a tomates en unos sitios, en otros te dirían que la finca es cerealista, o que es una explotación ganadera extensiva.


Pero semejante propiedad da para actividades variadas.


Te encuentras una parte de la finca que es área de conservación de "mata nativa", la vegetación boscosa de la zona, que incluye araucarias entre otras especies reseñables. Estas áreas son de obligada conservación y no se talan.


A pesar de lo que ocurre en áreas de dificil acceso del Amazonas, Roraima y demás, aquí nadie tala las zonas de conservación. La sociedad en esta parte de Brasil tiene un compromiso con la defensa de la naturaleza y con el cumplimiento de la ley en temas medio-ambientales.

De esas cosas no suelen hablar las ONGs, demonizando a Brasil en general, cuando realmente hay tanta vegetación fuera del área amazónica como dentro. Aunque no sea del mismo tipo.

Y las autoridades brasileñas luchan contra los desmatadores. En esto me gustaría hacer un comentario que tampoco hace nadie fuera de Brasil: el gobierno brasileño tiene un convenio con el gobierno japonés para el uso de un sistema de satélites japoneses para la vigilancia de la tala ilegal.

En definitiva están bastante más comprometidos de lo que pretenden muchos desde fuera (aunque como en todas partes hay problemas y Brasil es muy grande y tiene mucho territorio donde tener problemas).


 
Bueno, en esta hacienda tienen, además del área de conservación, una explotación forestal de pinos que cuando yo hice la visita, unos meses atrás, tenía más de un millón doscientos mil pinos de repoblación disponibles para corte. Podeis ver una panorámica de la explotación forestal.



Pero esto, que sería en algunos sitios de Europa casi una provincia, tiene también grandes extensiones de pastos para ganado vacuno y ovino. Los pastos en estas zonas son inacabables simplemente por el clima (que no es ecutorial ni tropical ni subtropical, es atlántico). La hierba crece por minutos.






Hay grandes (como todo aquí) extensiones dedicadas a cultivos varios. El personal de la finca realmente está integrado con el terreno. Son la población de estas tierras. Trabajan y forman parte de esta naturaleza brasileña inconmensurable.



Otro capítulo impresionante es el agua. De esos cuarenta y cinco kilómetros de camino circundante de la finca, veintieis son bordeando rio. Rio que nace de una fuente principal en la finca y es apoyado también por el suministro de innumerables manantiales nacientes también en la propiedad.



Como podeis ver aquí, nada de riachuelo. Se puede hacer barranquismo, piragüismo y muchos más ismos en este sitio.




 
Pero como decía antes, la fazenda no es de lo más grande de la zona ni de la smás grandes de Brasil. Es una más.


 
Por cierto creo que está en venta. Aquí os dejo otra foto de una fruta salvaje tipo chirimoya.


Chickenfoot. Sexy little thing.



jueves, 8 de diciembre de 2011

Mercearia Sofia. Joinville SC. Mercado Municipal.

Si hay en Joinville un establecimiento al que le tengo un especial cariño, ese es Mercearia Sofia.


Ubicado en el Mercado Municipal, en este establecimiento concurren personas y personajes de la vida joinvillense de todo pelaje y forasteros (turistas cada vez más y personas de paso por trabajo o placer).




El tiempo que he estado viviendo en esa ciudad maravillosa que es Joinville, ha sido, en general, muy agradable. Pero aún más, gracias a los ratos pasados en ese bar-restaurante.
Sin duda, hoy es el más emblemático de la ciudad.
Cualquiera que me conozca puede pensar que el motivo es la relación personal que me une con los propietarios. Sí. Pero no es solamente eso.
En la Mercearia Sofia se dan muchas circunstancias para que mi afirmación sea cierta.


Los propietarios, Therence y Tania, han luchado durante años por mantener un concepto, una idea.

Él, como reconocido gourmet, hombre con muy buena mano en la cocina y con una capacidad de relación de origen genético muy cultivada, ha luchado por la gastronomía local. Por difundir los platos que en su origen se comían en la ciudad y en la región.


A todo eso se une el hecho del origen familiar hispano-alemán, que le confiere un bagage de recetas e influencias perfectas para la zona.

 Pero además su capacidad innata de improvisación le hace crear platos que aunan esa tradición con lo que hay disponible en el momento.



Eso es algo que él ama: crear un plato en el momento para dar a un recién llegado algo especial, exclusivo, diferente. Crear y sorprender.


En la Mercearia Sofia puedes disponer siempre del pescado y el marisco del día. Otra de esas circunstancias que lo hacen especial. Está situada en el Mercado Municipal junto a la pescadería. No hay duda. Todo es fresco.
Y qué decir de Tania. La persona perfecta para estar en la organización detrás de un artista.
En definitiva, si quieres algo auténtico, culinariamente hablando, en Joinville debes visitar este restaurante. Si no has estado allí, no has conocido Joinville.


La Mercearia Sofia y Therence siempre han estado relacionados también con la música.

Especialmente con el rock. Durante mucho tiempo ha tenido una magnífica banda de forma fija.



Unos músicos muy buenos que han hecho pasar muy buenos ratos a todo los que hemos estado allí tomando una cerveza tranquilamente (o no tan tranquilamente) y conversando al sol en la plaza.



O con lluvia bajo el tejado voladizo.


Ahora Therence sigue obsequiando a los clientes con opciones variadas. La música está allí.
La Mercearia Sofia es patriminio de la ciudad.

Tiene su propia cachaça como podeis ver arriba, en el inicio del post. He escuchado decir a muchos brasileños que su Cachaça Sofia de reserva, envejecida en roble es de lo mejor.

Tienen un espacio del bar dedicado al Club de la Cachaça, donde muchos clientes habituales tienen su botella reservada para disponer siempre que les apetece un trago especial.

A todo esto creo que hay que añadir que Therence busca esos productos regionales que, en ocasiones son de temporada (como el "caraguejo do mangue", el mejillón de rio, el siri, etc.) en el origen, buscando siempre la autenticidad y la calidad.




Se me olvidaba: en el único sitio que son capaces de hacer una paella auténtica en Joinville es allí. Lo digo yo, que sé algo de eso.

Muchas gracias Therence y Tania.

Promesa cumplida.

A petición de algunos de vosotros he estado reeditando los post del antiguo blog "Dos españoles en Brasil". Ya no hay ni va a haber más post procedentes del antiguo blog. Ahora seguira habiendo cosas de Brasil y otros sitios pero sin ser de esa procedencia. Tampoco habrá muchas diferencias en ese tipo de post porque después de todo yo soy uno de los dos autores y todavía tengo muchas cosas que contar de Brasil.

Y, además, debido a la buena acogida que han tenido esos post, pienso seguir sin duda contando cosas de ese tipo.

Muchas gracias a todos.


Dos españoles en Brasil. Porto Belo (Santa Catarina).

La playa siguiente que hemos visitado es la de Porto Belo. Una maravilla más a añadir al paquete de lugares conocidos en este largo viaje (aunque me parece que fue ayer cuando llegamos a Florianópolis).


 
Siguiendo la carretera de playa por la que nos hemos desplazado, entras en Porto Belo por el Sur. Nada más entrar te encuentras con esta hermosa playa de arena blanca y limpia.

Está situada frente a la Isla de Porto Belo y junto al club naútico de la localidad.

Pero el motivo de detenernos aquí viene de una conversación con la amiga que nos acompaña. Ella es brasileña pero durante veinte años ha vivido a caballo entre España y Brasil. Ha conocido perfectamente la vida de las playas españolas y sus chiringuitos. Nos comentó la posibilidad de comer en Porto Belo en un auténtico chiringuito de playa. Y éste sí. Este es unchiringuito de playa como los españoles.



 Comimos "pescaito frito", buenísimo y tomamos cervezas para refrescarnos y relajarnos. Y disfrutamos del paisaje tranquilamente hasta que se formó una tormenta y decidimos irnos. Pero el sitio vale la pena. Aquí abajo teneis unas fotos de como cambió el cielo por momentos.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

Dos españoles en Brasil. De Floripa a hacia el Norte por la costa.

Florianópolis tiene una cantidad de playas impresionantes en su costa cercana. Son muy famosas y apreciadas como zonas de veraneo. Sobre estas playas no vamos a hablar en este post. Lo haremos más adelante. Aquí vamos a contaros cosas sobre otras playas.

Al salir de Floripa (Florianópolis en coloquial para los lugareños) en dirección Norte, la primera población es Sao José, después Biguaçú, Governador Celso Ramos, Tijucas, Porto Belo, Itapema, Balneario Camboriú, Itajaí, Navegantes, las playas de Araquarí y por fin Sao Francisco do Sul.

Éstas son poblaciones sobradamente conocidas. De algunas de ellas ya hemos puesto uno o varios posts. Estántodas conectadas por la autovía BR-101. Pero en medio de todas ellas y saliéndose en muchas ocasiones de la autovía podemos encontrar multitud de calas y playas enormes de arena limpia y clara, con aguas limpias y absolutamente salvajes. Algunas de ellas están cuidadas y ordenadas pero totalmente solitarias. Las que os mostramos a continuación están entre Biguaçú y Tijucas.