sábado, 7 de julio de 2012

Asunción. Primeras impresiones 2.

Después de la experiencia de mi primer día (domingo) en Asunción estaba expectante de lo que me encontraría ese primer lunes y, por eso, me levanté temprano.

Ahora, la cosa apuntaba de manera distinta. Eran las 6 de la mañana y comencé a escuchar vehículos circulando. Primer signo de vida para un extranjero (o incluso para un extraterrestre que acabe de llegar).

Desde el amplio ventanal de mi habitación empecé a observar personas circulando por la calle. Esto ya era otra cosa. Hay gente.

Comienza a llover. El cielo amanece gris y poco a poco va aclarando y sale el sol. Después de un copioso desayuno tipo internacional (por si acaso) salgo a la calle.

En mi primer paseo vuelvo a circular por las calles que visité el día anterior y comienzo a observar con sorpresa (porque los españoles no paramos ni en domingo) que la vida de la ciudad es mucho más intensa de lo que -a priori- parecía.





Así que empiezo a sentirme más tranquilo. Uno empieza a conversar con la gente y te das cuenta de que es muy amable y servicial con el extranjero.

En esta visita sólo he tenido la oportunidad de conocer el centro administrativo y clásico de la ciudad, además de haber circulado en taxi por barrios de diferente tipo, pudiendo ver de pasada algunos residenciales de gran nivel (como los puedes ver en cualquier otra capital), barrios comerciales modernos (donde no hay ninguna novedad para un visitante occidental) y barrios comerciales tradicionales de la capital (estos sí, con todo el tiempo necesario o casi).


Pero, en resumen, a las pocas horas de estar en Asunción me sentía muy cómodo. Es una ciudad acogedora y abierta, donde el visitante se siente bien, salvo los domingos que como ya me explicaron no salen ni los perros.

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