El punto neurálgico del recinto es
donde se asa la carne. Unas churrasqueiras construidas con ladrillos
sin cementar acogen el carbón vegetal que hace que esos animales se
conviertan en manjares
.
La carne se prepara troceándola y
atravesándola con estacas de madera y se salan con sal muy gruesa.
A continuación se dejan con la sal
unos 5-10 minutos.
Y se ponen en la churrasqueira para que
se vayan haciéndo lentamente. Todo controlado por el maestro.
El resultado final es una delicia como
ésta.
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