sábado, 10 de septiembre de 2011

Dos españoles en Brasil. Florianópolis dia 2º. 21-01-2010.

Ayer por la noche, con el cansancio acumulado del viaje decidimos no aventurarnos y descansar.
Nuestra cena fue como un desayuno ligero.
La primera noche en esta ciudad ha sido tranquila y reparadora. Nos hemos despertado como si la hora fuera la española, es decir a las 4,30 de aquí (hay una diferencia horaria de 3 horas de reloj) y claro hemos vuelto a dormir un rato. Lo cual no ha venido nada mal.
A las 6,30 de la mañana ya estaba yo en pie mirando el movimiento de la gente en la calle. Esto también es un contraste: hay vida a las 6,30. A las 7 de la mañana se observa gran cantidad de gente dirigiéndose a su trabajo.
A las 7,30 estábamos desayunando en el hotel con el comedor lleno. Eso nos ha echo pensar que las costumbres  de horarios de aquí son bien distintas a lo que uno espera encontrar en un destino como éste. La impresión es que, salvo algún turista despistado como nosotros, el resto de personas que se hospedan lo hacen por trabajo.
En los desayunos del buffet del hotel encontramos variedad de zumos: de sandía (zumo que gusta mucho a la gente de aquí), de fresas, de naranja, de frutas tropicales (como no podía faltar), gran variedad de tipos de pan (todos buenos si los tuestas, si no, son chicletosos), lo tipico de los desayunos internacionales y abundante repostería a base de coco, chocolate, etc. Muy buena la repostería.

Salimos a la calle con la intención de comprobar cómo es la ciudad, pero sobre todo la gente.

Bueno tenemos que contaros que antes de salir de España (el mismo día de salir) fuimos al consulado de Brasil a hacer una consulta de última hora. Si era o no recomendable llevar encima una cantidad de dinero importante y de no serlo (algo que estaba claro para nosotros) qué opciones teníamos de sacar dinero en Brasil sin contar con el uso de tarjetas. El motivo era simple si llevas poco dinero usas la tarjeta. Pero, si por un casual la pierdes o te la roban ¿qué puedes hacer?
La respuesta de este joven de nacionalidad española fue clara y simple : " No hay ningún problema, si tiene Ud. cuenta en BBVA, Santander, Banesto, etc. va a encontrar una sucursal con facilidad y no va tener ningún problema en operar con su cuenta desde Brasil".
A consecuencia de esto, pensamos que lo primero que teníamos que hacer era localizar un banco español en la ciudad para comprobar la información, puesto que nuestra estancia en Brasil va a ser de tres meses.
Ya paseando vamos preguntando por esos tres bancos españoles: el único que tiene presencia en esta ciudad, con oficinas al público es el Santander. Llegamos a la sucursal que hay en el centro de la ciudad (muy cerca de nuestro hotel, aunque como era el primer día dimos más de una vuelta y pensábamos que estábamos más lejos) y comentamos a un empleado la información recibida en nuestro país.
Nada más lejos de la realidad. Si quieres sacar dinero de un cajero o pagar con una visa no hay problema, pero si quieres sacar dinero de una cuenta de España en Brasil la situación es bien distinta.
Para empezar el Santander de Brasil usa los mismos logos y se llama igual, pero no es la misma entidad bancaria y no hay conexión por cuentas, lo cual hace imposible hacer eso.
Después preguntamos si podíamos abrir una cuenta temporalmente con el pasaporte y realizar una transferencia de una cuenta nuestra en el banco español a nuestra cuenta aquí. Tampoco. Los turistas no pueden tener una cuenta bancaria en Brasil. Por tanto no se puede hacer nada en ese sentido.
Le preguntamos finalmente qué podíamos hacer y nos dijo que fuéramos al Banco do Brasil, que allí nos informarían.
Con las ganas de ver la ciudad decidimos aparcar esa cuestión para otro día, pues aunque es un asunto importante, tampoco era de necesidad en el momento.
De todas formas lo que si es de reseñar es que la atención ha sido diligente, educada y cordial, como cabe esperar en cualquier entidad bancaria.
Hecho esto, nos ponemos a callejear y  damos con una zona aledaña a la de los bancos con un bullicio impresionante. Estábamos metidos en la zona comercial del centro de Florianópolis.
A primera vista te da la impresión de ser una zona como el centro de Torrevieja, Benidorm o Torremolinos hace 20 años. Hemos pasado de los grandes edificios, modernos y acristalados a una zona de edificios bajos, blancos, encalados en algún momento, las calles peatonales empedradas con pequeñas piezas de mármol blanco con dibujos en negro y con mala conservación.



 
Pero mucha gente entrando y saliendo de los comercios, mucha gente por la calle y no se ven bares.  Extraño.



Después de deambular viendo comercios, "shopping centers", farmacias (creo que he visto hoy más farmacias juntas que en toda mi vida) y tiendas tipo "todo a 100", decidimos buscar un bar donde refrescarnos. Ya empieza a hacer mucho calor.



Parece que esto está organizado por zonas. En la zona comercial no hay bares, no hay donde comprar tabaco. Por cierto, se ve muy poca gente fumando.
Nos dicen que por la zona del mercado municipal hay varios bares y hacia allí nos dirigimos.



Efectivamente, uno de los laterales del mercado municipal y un espacio central están dedicados a bares donde puedes disfrutar de la cerveza brasileña y de platos basados en carnes y frutos del mar.
Nos hemos decidido por cervecita y camarones. Cuando me he tomado el segundo trago de cerveza me he acordado de aquella canción de los Toreros Muertos" que se llama "Mi agüita amarilla" , no porque me recuerde a la orina, sino porque es casi agüita amarilla. En resumen no me ha sabido a nada.
No así los camarones. Siempre se habla de que el marisco de esta zona es mucho menos sabroso. Bien, estos estaban riquísimos. Los han hecho rebozados. Parecidos a nuestros caballitos o gambas con gabardina, pero el rebozado es distinto. Es muy crujiente y poco aceitoso. Deliciosos.
Después del aperitivo, damos un paseo en dirección a la zona de los restaurantes y entramos en otro "buffet a quilo".
La situación es la misma del día anterior: excelente comida y excelente precio. Hemos comido de maravilla por 12,5€ dos personas.
Volviendo al hotel me doy cuenta de que estamos rodeados de edificios oficiales. Estamos en la capital administrativa del estado de Santa Catarina.




En el hotel nos comentan que la capital económica es Joinville. Una ciudad mucho más grande donde se concentran las mayores empresas del estado. La capital turística es Balneario  Camboriú.
Supongo que las visitaremos en este tiempo.
¡Ah! se me olvidaba. El café es muy bueno. Pero no hemos visto cafeteras express todavía, ni de cápsulas.

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