viernes, 30 de septiembre de 2011

Dos españoles en Brasil. Joinville 2º día. 3-2-2010

Hoy retomamos la cuestión de la recepción de dinero que dejamos hace bastantes días, en Florianópolis.

Reempredemos nuestro periplo por las instituciones financieras y públicas para dejar solventado el proceso.

Hemos leído y comentado en Sao Francisco do Sul, en los días pasados, una noticia aparecida en un diario de la zona sobre el hecho de que los robos, pero sobre todo los duplicados de tarjetas de crédito han aumentado mucho en Brasil en los últimos meses.

Ese comentario nos lo hicieron ayer también en la propia Joinville. Eso nos ha apresurado a dejar el tema resuelto para el resto de nuestra estancia. Así que ahí vamos.

Localizamos el edificio del Banco do Brasil (oficina central, pues si no, nos van a enviar allí de todas maneras).

Allí nos indican que el primer paso es solicitar el CPF. Se trata de un documento equivalente a nuestro NIF. Si no tienes eso no puedes hacer nada aquí.

El proceso es sencillo: pagas el impuesto correspondiente (2€) y rellenas un cuestionario, este cuestionario es enviado por el banco a la Receita Federal (administración del estado brasileño), en 48 horas te presentas en la R.F. y un o una amable funcionaria te interroga sobre los nombres de tus padres, mientras te mira fijamente a tí y a su monitor y, después, te da un resguardo con los datos, por si lo necesitas, hasta que te envían una tarjeta a tu domicilio o al domicilio que tu pongas como fijo. Eso sí, es imprescindible que tengas un domicilio y lo puedas demostrar. Para eso sólo te hace falta un recibo de luz, agua o telélefono.

Como decía el proceso es sencillo, pero en la práctica, las cosas en Brasil son distintas.

Antes de explicar el proceso, nos encontrábamos en la sede central del Banco do Brasil en Joinville. Como es lógico pensar, dijimos: si hay que pagar, paguemos aquí y una cosa resuelta. Pues no, en esa planta del banco nos dicen que para hacer pagos de la R.F. tenemos que bajar a la planta inferior. Cuando llegamos allí, nos dicen que en esa oficina no se puede hacer, que podemos hacerlo en una oficina que está un poco alejada, pero que, si queremos algo que esté más cerca, podemos ir a otra entidad que se llama CAIXA.

Allá que vamos. La respuesta es que ellos no pueden cobrar impuestos del estado, que tenemos cerca una oficina de correos donde sí podemos hacerlo. Llegamos a la oficina de correos y nos dicen que allí no, porque ellos son una franquicia y no están autorizados. La opción que nos dicen es ir al Banco do Brasil, a la oficina central (de donde veníamos). Le comentamos que ya hemos estado. Aburridos decidimos ir a la R.F. y preguntar allí.

Por fin nos dicen que hay una oficina del Banco do Brasil junto a ellos que cobra el impuesto. Llegamos allí y nos dicen que sí, pero que el horario para cobrar no empieza hasta una hora después.

O sea, que no es tan sencillo. Esperamos que estas informaciones sobre Brasil puedan servir a cualquier otro, que, como nosotros le dé por estar una temporada por estas tierras.

Ante la situación, con el calor que hace hoy también, nos vamos a dar un paseo y a tomar un caldo de caña para refrescarnos.

El caldo de cana, el agua de coco, la cerveza, el café, el guaraná y los refrescos internacionales los tienes en todas partes.

Una impresión del contraste entre edificios que venimos comentando os la puede dar la foto de abajo.




Lo que se ve en primer plano es el tejado de una casa de planta baja y detrás los grandes edificios.

Pero volviendo a lo de antes. Regresamos al banco y en pocos minutos asunto resuelto.

Pasamos al siguiente asunto. Conocer el proceso para que nos hagan una transferencia. En esa sucursal bancaria nos dicen que para eso debemos ir a la sede central del banco. Esa que ya conocemos.

Vamos de vuelta. La señorita que nos atiende nos comenta  de entrada que, si no tenemos cuenta en el banco, no se nos puede hacer una transferencia. Insistimos en que tiene que haber algún proceso mediante el cual se pueda, porque en todas partes del mundo se hace. Ella nos dice que no tiene conocimiento, pero que va a preguntar a una compañera. Esta última es la que nos atiende finalmente. Y sí hay un procedimiento (gracias a Dios, pensamos, hay alguien informado).

El sistema se basa en los convenios de la empresa Western Union con bancos de todo el mundo y en particular con Correos de España. Alguién en España va a la estafeta más cercana pide hacer un envío de dinero por W.U. y, al hacerlo, se genera un código secreto, que vía teléfono, mail o como sea se hace llegar al receptor del dinero. Con ese código, el pasaporte y el CPF  cobras en Brasil. Y se acabó. Así de simple.

Ya veremos dentro de unos días si funciona.

Por cierto, como podeis ver, no todo es carne, chiringuitos y cervecitas.

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