sábado, 26 de noviembre de 2011

Dos españoles en Brasil. Curitiba. Feria Internacional de Artesanía en 2010.


Nuestra segunda (o tercera si contamos el día que visitamos el Consulado, de infausto recuerdo) visita en esta hermosa gran ciudad ha sido la Feria Internacional de Artesanía. Al llegar te encuentras que el recintoferial se encuentra ubicado en uno de los flancos de un grandísimo parque (grandísimo en extensión y en lo bien cuidado y limpio que está) que es un equivalente a los grandes parques de las grandes capitales del mundo y Curitiba lo es aunque no se hable mucho de ella fuera de las fronteras. Aquí teneis unas panorámicas.




Este recinto ferial no es en cambio equivalente al de grandes capitales como Madrid o Barcelona. Es mucho más pequeño, puede ser como el recinto ferial de Alicante o Torre-Pacheco en Murcia. Ahora eso sí, tiene una cafetería-restaurante como no tienen ni éstas dos ciudades ni Madrid ni Barcelona, con unas vistas impresionantes al lago del parque.



Justo en la entrada, te recibe esta figura de uniforme de cuchillero, que realmente tenía una pareja, pero la pareja estaba dentro del recinto e iba cambiando de ubicación según querían pasearla.



Ya dentro, tenías artesanía de todas partes del mundo. Ropas de la India, Paquistán, Sri Lanka...



La típica bisutería de los países en vías de desarrollo. De Oriente Medio, Norte de África, Sudamérica, Este de Asia, etc.



Figuras realizadas a mano en maderas nobles de África Central.



El concepto de "espacio vacío", presentado por la delegación de Bolivia, que a todo el mundo sorprendio por lo difícil de su comprensión.



Sorprendió incluso más la campaña de España, por inexistente. Teniendo en cuenta la cantidad de artesanía que produce nuestro país y lo buenos que se hacen ver nuestros gestores públicos, la no presencia es la manera más barata de que estemos representados. Siempre innovando.


Quizás lo más interesante fuera la presencia de artesanos procedentes del Amazonas.



Al ver a sus representantes ataviados con sus vestimentas originales, sus arcos y flechas artesanos, sus danzas a determinadas horas, nop uedes pensar más que en que son lo más auténtico de la feria. Pero me comenta un brasileño que me fije en los acabados de los artículos que están en primera línea del puesto con atención. Y claro, te das cuenta de sí, son indígenas, auténticos, pero el progreso industrial también llega a ellos.



Y como siempre la presencia centroeuropea que preside estos estados del Sur de Brasil, que no deja de crear contraste, cuando ves al equipo de limpieza con sus trajes típicos limpiando al lado de los del Amazonas. Un mundo de contrastes.


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