En esta ciudad -como en otras del estado de Santa Catarina que hemos conocido (vease Florianópolis)- la gente come fuera de casa de forma habitual. El horario de trabajo es el que llamamos "europeo". Nada que ver con el español (el mejor del mundo sin duda, aunque no el más productivo). Esto es algo lógico si pensamos que la mayor influencia en este estado es la de la población de origen alemán, autriaco y suizo.
Resumiendo, más o menos la gente sale al mediodia del trabajo durante una hora a comer. Lo hace en el sitio más cercano, más barato y mejor. Eso lo han sabido conjugar los centros comerciales creando las "plazas gastronómicas". Un espacio amplio, en cuyo perímetro se sitúan los establecimientos que ofrecen sus comidas.
El espacio interior de ese perímetro está cubierto de mesas y sillas que son comunes a todos los establecimientos. Cada establecimiento recoge sus bandejas de comida y limpia la mmesa cuando el cliente termina.
En la mayoría de los casos se trata de establecimientos de cadenas brasileñas o internacionales. Cada uno tiene su oferta.
Otros usan la oferta de los platos combinados que oscilan también en torno a los 18R$. Tienes el "buffet a quilo", del que ya hemos hablado en nuestra primer contacto en Florianópolis. Y luego tienes la ofertas de los burguers, los grills, las churascarias, pizzas, pastas (que aquí llaman massas), etc
La realidad es que la comida es bastante buena, los precios para nosotros son muy buenos (sobre 8€ comida y agua) y el tiempo, para comer y reposar un poco la comida, es corto.
Dentro de este entorno que venimos analizando, tenemos que recomendar claramente un servicio de comidas del S.C. Mueller: Xangai, de comida china. Excelente cocina y precio.
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